El clásico entre Sarmiento y juventud Fue empate.
En un encuentro para el olvido, ambos equipos comenzaron muy bien, rápidos, ágiles, jugando y no se encontraron los espacios para poder convertirse y entonces comenzaron a haber roces y de esa manera. Se entretuvieron más haciendo faltas o inventandolas, y tratar de convencer al árbitro de las faltas y sumado el público hizo que el encuentro pase más la atención a “la falta”, entre los intervalos del jugador supuestamente lesionado, la gente gritándose de lado a lado.
Por momentos tuvo mejores jugadas el equipo local, triangulaba con Bebo Pérez, tocaba mejor y era superior en ese sentido y mientras tanto Sarmiento tenía algunos brotes de intentar llegar al arco y lo hizo en un par de veces con el Rodrigo a Atampiz, (S), que tuvo algunas oportunidades y Braian Herrera (J.U), pudo contenerle esos intentos y después se convirtió en un espectáculo de faltas y un sinfín de Rojas y amarillas, cinco expulsados, tres (J.U.) Dos (S) y más de seis amarillas.
Un partido desbordado deslucido, cortado, porque al tener tantas expulsiones ya no había juego. Era un sinfín de Cortes y de gente gritando, un espectáculo despreciable, algo que no debe ocurrir en el fútbol la gente paga para ver otra cosa.
Más allá del criterio de la terna arbitral comandada por el principal, tantas expulsiones, los equipos quedan diezmados, que las próximas fechas, no forman de la misma manera, y ya el encuentro pasa a ser otra cosa, menos un partido de fútbol, equipos que se quedan sin jugadores entonces no es bueno y como dije un espectáculo malo ya no es fútbol y no tiene nada de fútbol, es quién convence al árbitro de que le cobre.A veces para aplacar expulsan, y no todas las veces funciona, esta vez no anduvo.
hay que ir por otro lado porque este no es el camino amigos, vamos mal asi.